Resiliencia: Hábitos de las personas resilientes

La resiliencia es un término que ha irrumpido con mucha fuerza en el campo de la psicología en los últimos años. Sin embargo, la resiliencia, ha sido tomada de un concepto de la física que ha sido estudiado por décadas.

Una de las características principales de la resiliencia es que promueve la capacidad de adaptación y superación de las personas. Estos dos, son pilares fundamentales para que podamos afrontar y superar todo tipo de circunstancias difíciles. Así que acá te contamos todo sobre lo que es la resiliencia y cómo cultivar esta poderosa herramienta.

¿Qué es la resiliencia?

Este término es tomado por la psicología a partir de lo que en física se conoce como la resiliencia de los objetos. Los objetos resilientes son aquellos que tienen la capacidad de de aguantar una gran cantidad de presión sin deformarse (romperse) y además tienen la capacidad de regresar a su estado inicial después de que se libere la presión. Por ejemplo, puede pensar en un resorte, a este se le puede aplicar mucha presión sin que se rompa y una vez se libere la presión, regresa sin problema a su forma original.

A partir de esta propiedad de la física, en el campo de la psicología, la persona resiliente ha sido descrita como aquella que tiene la capacidad de afrontar problemas y soportar la presión. Pero además, que tiene la capacidad adaptarse frente a ese momento difícil e incluso salir más fortalecido después del mismo.

Por lo tanto, para responder qué es resiliencia podemos decir que es la fortaleza que tenemos para atravesar períodos de sufrimientos emocionales o traumáticos, y de crecer una vez los logremos superar.

Quizá te estés preguntando si ¿es necesario que tengas que vivir experiencias límites para saber si eres resiliente? Y la respuesta es no, en absoluto. Existen hábitos e incluso rutinas que hacen a una persona resiliente independientemente de si tienes que experimentar situaciones difíciles o no en tu día a día.

El origen del concepto de resiliencia en psicología

El término resiliencia viene del latín “resilio” que se podría traducir en términos como “volver atrás”, “resaltar” o ”rebotar”.

Durante el inicio de la década del 70, la resiliencia fue adoptada en la psicología para rotular a las personas que, a pesar de haber nacido y vivido en un contexto de peligro, pudieron alcanzar una psicología de éxito y saludable. Es decir que lograban “rebotar” luego de grandes momentos de presión y dificultades.

Hoy en día es usualmente usado para describir la capacidad que podemos tener los seres humanos para superar situaciones traumáticas, estresantes y trágicas.

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¿Qué caracteriza a una persona resiliente?

La persona resiliente suele tener características y hábitos que los distinguen. A continuación, analizaremos los ocho hábitos de las personas resilientes.

Autoconocimiento y autoconfianza

Conocerte a ti mismo es como tener un mapa interno que te guía a través de los laberintos de la vida. Saber tus fortalezas te convierte en tu propio equipo de apoyo, mientras que reconocer tus debilidades te brinda la oportunidad de fortalecerte cuando sea necesario. La autoconfianza, por otro lado, es como un escudo impenetrable que te protege de las flechas de la duda y la incertidumbre. Con ella, puedes enfrentar desafíos con determinación, sabiendo que tienes lo necesario para superarlos. En tiempos difíciles, el autoconocimiento y la autoconfianza se convierten en tus aliados más poderosos, iluminando el camino hacia la resiliencia.

Empatía y sociabilidad

Las personas empáticas tienen la capacidad de comprender la situación que pudiesen estar viviendo otras personas. Esta característica, surge de comprender los sentimientos de los demás a partir de comprender los propios. Lo cual lleva a que las personas sean más sociables. En el contexto de la resiliencia, la empatía y sociabilidad, nos permite escoger la respuesta adecuada cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles en la vida social, como por ejemplo cuando estamos enojados con alguien que queremos.

Positividad y humor

Una persona resiliente sabe cómo cosechar y cultivar sus valores y relaciones sociales. Esto es lo que hace que puedan mantenerse rodeados de personas que tienen una mirada positiva de la vida. El entorno social de las personas resilientes es, por lo general, un muro de contención sólido que nos ayuda a atravesar los peores momentos. Todo esto es facilitado por mantener una actitud positiva. Además, las personas resilientes acuden al humor como forma de protección y mecanismo de afrontamiento frente a situaciones desafiantes. Todos sabemos que el uso del humor de forma adecuada en una situación complicada, puede aliviar un poco la tensión y facilita la capacidad que tenemos para superarla.

Flexibilidad

La resiliencia es como una chispa de luz en medio de la oscuridad, es encontrar un propósito que nos impulsa a seguir adelante sin importar los obstáculos. Aquellos que poseen esta cualidad tienen un fuego interior que los guía, una meta que les da fuerzas incluso en los momentos más difíciles. Son como árboles flexibles que se doblan con el viento, pero nunca se quiebran. Y cuando el camino cambia, ellos también cambian su rumbo con valentía, sin miedo a dejar atrás lo que ya no les sirve.

Tolerancia a la incertidumbre

La vida está llena de incertidumbres, y aprender a aceptarla y tolerarla nos brinda paz interior. El deseo de controlarlo todo puede ser una fuente constante de estrés, pero reconocer y aceptar que hay cosas que no podemos controlar y de las que no sabremos el resultado, nos ayudará a reducir la resistencia a lo desconocido y a encontrar un sentido de libertad y empoderamiento. En lugar de luchar contra las corrientes del destino, aprendemos a fluir con ellas, encontrando serenidad en medio de la incertidumbre.

Creatividad

La resiliencia y la creatividad son dos conceptos que se cruzan todo el tiempo. La creatividad es necesaria para poder animarnos a salir de nuestra área de seguridad o confort, lo cuál a su vez aumenta la resiliencia ya que nos hace enfrentar con más frecuencia a situaciones que nos ponen a prueba. Además, nuestra creatividad es una de las armas de la resiliencia que nos lleva a imaginarnos los diferentes obstáculos y las posibles manera de sortearlos si se presentan en nuestra vida. Aumentando nuestra auto-confianza y puliendo nuestros mecanismos de afrontamiento para estar preparados para cuando lleguen las dificultades.

Viven en el presente

Una persona resiliente vive el “ahora”, a diferencia de estar enganchados en errores o situaciones del pasado que no se pueden cambiar, o de preocupaciones constantes de un futuro que no sabremos si sucederán. La capacidad de mantenerse anclado al presente, es de gran importancia para poder afrontar la vida sin prejuicios, ni sentirnos atados al pasado, y especialmente es importante para poder disfrutar del momento presente.

El afrontamiento a la adversidad

Lo opuesto a afrontar la adversidad es huir de ella, tratar de evitarla o incluso pretender que no existen. El problema de esto es que no siempre depende de nosotros poder evitarlas y cuando buscamos huir o pretender que nos las vemos, lo que hacemos es postergar el problema y con el tiempo se suele hacer más grande. Es por esto que las personas resilientes buscan “ponerle el pecho a la brisa”, afrontando las dificultades y buscando su solución. Esto sin lugar tiene un peso emocional y suele ser incómodo, pero es lo que lleva a que realmente se solucionen y superen las dificultades. De lo contrario, evitándolas y pretendiendo que no existen, lo que hacemos es darles más poder para que cuando nos veamos en la necesidad de afrontarlas, sean aún más difíciles de superar. Otro articulo relacionado: ¿Qué es la empatia?

¿Cómo ser resiliente? Técnicas para mejorar nuestra resiliencia

La resiliencia es una característica inherente al ser humano, es decir todos tenemos esta capacidad. Así que independientemente de si te consideras una persona con una baja o alta resiliencia, lo bueno es que siempre se puede construir y robustecer. A continuación, te proponemos que analicemos algunas técnicas para que puedas ser más resiliente.

Auto-observación + autoconocimiento + dedicarte tiempo

La auto-observación, junto con el autoconocimiento y dedicarse tiempo, son pilares fundamentales para fortalecer la resiliencia. Entender nuestras emociones y reacciones nos permite enfrentar los desafíos con mayor claridad y adaptabilidad. Tomarte el tiempo para conocerte a tí mismo y darte el tiempo para realmente comprender quién eres, cómo reaccionas, cuáles son tus hábitos, etc., es el primer paso para ser una persona más resiliente.

Cuida cómo te hablas y qué te dices

Todos atravesamos momentos duros pero esto no debe ser motivo para que te enfades contigo mismo y te diga cosas que quizá no le dirías a un ser querido. Buscar ser autocompasivo, reconociendo tus limitaciones y respetando tus tiempos te permitirá superar los momentos de crisis sin culpas. Ya de por sí hay momentos de la vida que son difíciles de superar, por lo menos deberíamos buscar que nuestra mente no los haga aún peor con críticas constantes y negativas hacia nosotros mismos.

Humor y sonrisa ante las adversidades

Mantener el sentido del humor y sonreír frente a las adversidades, te harán encontrar momentos de ligereza incluso en situaciones difíciles. Lo cual te podrá dar un momento de respiro que usualmente lleva a que pensemos con mayor claridad y retomemos fuerzas para seguir enfrentando las adversidades.

Busca un aprendizaje, un enfoque positivo ante la adversidad

Todas las situaciones de la vida representan una posibilidad de aprendizaje. Es muy cómodo que ante un problema solamente nos quejemos sin intentar buscar las soluciones. El gran problema de esto es que las dificultades no suelen desaparecer mágicamente y además estás perdiendo una oportunidad de aprender de esa experiencia de vida y buscar salir fortalecido de ella.

Salud emocional + equilibrio emocional

Todas tus acciones están impregnadas de emociones, son el motor que dirige tus pasos y alimenta tus sueños. De tal manera que es fundamental aprender a reconocerlas, a manejarlas, a convivir con ellas, a abrazarlas y a darles. Todo esto llevará a que puedas mantener un equilibrio emocional el cual te llevará a tener una mayor paz interior

Comparte emociones. Fomenta la expresividad

Los resilientes enfrentan desafíos con sinceridad, expresando sus pensamientos y sentimientos a los demás. Como dice el dicho “si quieres llegar rápido, ve sólo, si quieres llegar lejos, ve con alguien”. Las personas resilientes buscan pedir y aceptar ayuda de los demás cuando enfrentan situaciones difíciles, esto es una muestra de madurez y sabiduría emocional.

Tolerancia la incertidumbre

Buscamos certezas y seguridad, pero el control absoluto de todo en nuestras vidas es ilusorio. Anhelamos tener certeza y seguridad en nuestras vidas, pero aceptar que no todo está bajo nuestro control es fundamental para alcanzar la tranquilidad emocional. Esto te ayudará a quitarte ese peso de encima de buscar siempre el control de todo, y te permitirá reconocer y aceptar la realidad como es. Pero no para darte por vencido, sino para tener la fuerza necesaria en buscar soluciones y construir la vida que quieres.

Cuídate, mejora tu salud física

Cuidar tu salud física es fundamental para fortalecer tu resiliencia. Cuando priorizas el descanso, tienes una alimentación balanceada, haces ejercicio de forma regular y cultivas tu mente, estás escucha a tu cuerpo y atiende sus necesidades. Todo esto te proporciona la energía y la claridad mental necesarias para enfrentar los desafíos con determinación.

Sé realista

Ser realista se refiere a reconocer nuestras limitaciones y aceptar que enfrentaremos obstáculos y dificultades en nuestras vidas. Con esto no estamos buscando subestimar los desafíos, pero tampoco dejar que nos abrumen. De tal manera que es importante ser consciente de tus fortalezas y debilidades, y establecer expectativas razonables. Una vez haces esto, puedes aprender a adaptarte a las circunstancias cambiantes y buscar soluciones prácticas ante los contratiempos. La resiliencia no implica negar la realidad, sino enfrentarla con valentía y flexibilidad.

Cuida a dónde llevas tu atención

Nuestras emociones pueden influir en cómo percibimos la realidad. Sentimientos como la ansiedad o el enfado pueden distorsionar nuestra visión de las cosas y especialmente a qué queremos prestar nuestra atención. Por esto, es crucial mantener una perspectiva objetiva y racional de la situación, en lugar de centrarse únicamente en un aspecto de ella, como si tuviéramos visión de túnel que no nos permitiera ver el problema en su totalidad sino que simplemente nos enfocamos en un aspecto. De esta manera, podemos tener una visión más equilibrada y clara de la situación, e incluso ¡ver soluciones a la mano que no podíamos ver!

¡Vive! Qué el miedo no condicione tu vida

Abandonemos la sensación de estar atrapados por nuestros pensamientos anticipatorios y emociones negativas como el miedo o la impotencia. En su lugar, trabajemos cada día para aceptar y regular estas emociones, tomando el control de nuestras vidas y sintiéndonos más libres. Enfoquémonos en vivir el presente y disfrutar cada día.

Poniendo a prueba nuestra resiliencia: El duelo y la pérdida

En momentos difíciles como el duelo pensar en algún tipo de crecimiento puede resultar inconcebible. Sin embargo, tras la aceptación de la pérdida se suele adquirir una perspectiva más amplia de la vida, la cual nos permite comenzar un proceso de desarrollo individual y crecimiento personal. De igual manera, el haber transitado un dolor tan grande como una pérdida, nos vuelve más sensibles hacia el dolor ajeno, transformándonos en seres más empáticos con el dolor ajeno. Por tal motivo, no es de extrañar que quien haya sufrido una pérdida de un ser querido se embarque a acompañar a terceros en su propio camino del duelo. Con esto conviertes tu dolor en resiliencia y estarás mejor equipado para afrontar desafíos futuros y estar ahí para otros cuando te necesiten.

Consejos de un experto de Selia para que seas más resiliente

La resiliencia se nutre de una actitud proactiva frente a las adversidades. Es decir, tener una mentalidad en la cual afrontamos las situaciones que se nos presentan en vez de tratar de huir de ellas o dejarlas a un lado pretendiendo que no existen. Al hacer esto logramos empoderarnos frente las dificultades y nos permite liderarlas con determinación, transformando los desafíos en oportunidades de crecimiento y aprendizaje. De igual manera, también es esencial cultivar la habilidades de centrarnos y vivir en el presente. Si te pones a pensar, gran parte de nuestro sufrimiento y dificultades emocionales vienen de que estamos atados a nuestros errores o dificultades del pasado, o vivimos con temores de lo que pueda pasar en el futuro. Pero la verdad es que del pasado ya no podemos hacer nada, más que aprender, y del futuro no sabremos con certeza qué sucederá. Así que vivir y enfocarnos en el momento presente, es una de las herramientas que tenemos y que fomentarán nuestra resiliencia en la medida en que podemos enfrentar y tomar acciones concretas ya mismo. Además, hablar sobre nuestras preocupaciones y compartir nuestras experiencias con los demás, puede aliviar el peso emocional de las dificultades y proporcionar una perspectiva más equilibrada. Si enfrentamos las adversidades con determinación, flexibilidad y un sentido de comunidad, podemos cultivar una mayor resiliencia y superar incluso los momentos más difíciles con fortaleza y esperanza. Otro articulo relacionado: Aprende a soltar y dejar ir

20 frases de resiliencia

Las frases de resiliencia tienen la capacidad de motivar y de servir de inspiración a quienes están transitando momentos difíciles. Estas frases de resiliencia les recuerda que poseen la fortaleza necesaria para superar los obstáculos que se interponen en el camino.

Los desafíos abren las puertas hacia un yo más sabio y fortalecido.
La resiliencia es el ingrediente principal de la receta de la felicidad.
Los obstáculos son las oportunidades para que construyas tus mayores logros.
La resiliencia es la fuerza que impulsa tu barco hacia mares desconocidos.
La incertidumbre es el comienzo de la travesía, y la resiliencia es el faro que ilumina el camino.
La resiliencia no evade las tormentas: baila bajo la lluvia.
Las tormentas son oportunidades para impulsarte más alto.
En la adversidad, la resiliencia guía tu camino hacia la superación.
Los desafíos son pruebas que demuestran tu determinación y tu fuerza interior.
La resiliencia es la puerta hacia nuevas oportunidades de crecimiento.
La resiliencia te convierte en un maestro del arte de ser flexible ante las dificultades.
Escalar la montaña es encontrar la mejor manera de superar las piedras del camino.
La resiliencia aprende de la experiencia y encuentra belleza en medio de la tormenta.
Los obstáculos son desvíos en el camino, pero no te impiden llegar a tus sueños.
Frente a un muro los escaladores más fuertes hallan la manera de subir.
La resiliencia abraza al cambio como una oportunidad para crecer.
La auténtica fortaleza reside en levantarnos cada vez que tropezamos.
Tu potencial interno es más grande de lo que crees. No subestimes tu capacidad.
El único obstáculo para alcanzar nuestros logros futuros son nuestras dudas presentes.
No esperes las circunstancias perfectas, crea tus propias oportunidades

Preguntas frecuentes

¿Qué significa ser una persona resiliente?

Una persona resiliente es aquella capaz de superar los obstáculos y no ceder ante los problemas o desafíos. Una persona resiliente tiene la capacidad de adaptarse positivamente a los cambios que se le presentan y buscar salir más fortalecido de ellos.

¿Cuál es la importancia de la resiliencia?

La importancia de la resiliencia radica en que esta habilidad permite poder tener dominio sobre las emociones y analizar las circunstancias con mayor claridad. Al poder tener dominio del estrés y un punto de vista optimista, tanto los problemas como los desafíos suelen poder manejarse de mejor manera, permitiendo lograr mayor probabilidades de éxito.

¿Cómo se comporta una persona resiliente?

Una persona resiliente se adapta a las diferentes situaciones, manteniendo una actitud realista y positiva frente a los desafíos. Alguien resiliente se caracteriza por tomar la iniciativa para resolver problemas, aprender de errores y fracasos, persistir en la consecución de metas, tener autoconciencia emocional y confianza en sí misma.

¿Qué es la resiliencia en las mujeres?

La resiliencia en las mujeres refleja la capacidad para adaptarse y superar desafíos, mostrando una fuerza extraordinaria en situaciones difíciles. A través de la valentía y determinación, las mujeres resilientes demuestran una capacidad única para enfrentar adversidades y salir fortalecidas.

¿Qué es la resiliencia? Resumen

La resiliencia es la capacidad de recuperarse de situaciones estresantes y aprender de las experiencias negativas, manteniendo una mentalidad de adaptación frente a las circunstancias. Una persona resiliente se caracteriza por ser optimista, realista, poseer la habilidad de controlar los impulsos y tener sentido del humor.

¿Cómo aplicar la resiliencia en la vida diaria?

Aplicar la resiliencia en la vida diaria, requiere de ver los cambios como oportunidades de crecimiento y adaptarse a las nuevas situaciones que se nos presentan. En el trabajo y en nuestras relaciones personales, es importante siempre mantener una mentalidad positiva, establecer metas claras y buscar el apoyo de los demás.

¿Cómo desarrollar resiliencia y fortaleza mental?

La práctica de la autocompasión y el cuidado de nuestro bienestar tanto físico como emocional nos permite desarrollar resiliencia y fortaleza mental. El dejar fluir nuestras emociones y no castigarnos, sino tener autocompasión, favorece la habilidad de recuperarnos rápidamente de las adversidades. Asimismo, aprender de nuestras experiencias del pasado y ser conscientes de los obstáculos que logramos superar, nos ayudarán a enfrentar los desafíos con confianza y determinación.

¿Cuáles son los 7 pilares de la resiliencia?

Los 7 pilares de la resiliencia constituyen un enfoque completo para comprender y desarrollar la fuerza requerida para sobreponernos a las adversidades con mayor eficacia. Estos pilares abarcan:

Introspección: Reflexionar sobre nuestras ideas y acciones, permite conocernos mejor y aprender de las experiencias vividas.
Independencia: Poder ocuparnos de nuestros propios problemas y tomar decisiones que nos acerquen a nuestros objetivos sin depender emocionalmente de los demás es uno de los siete pilares de la resiliencia.
Capacidad para relacionarse: Desarrollar habilidades sociales como la empatía, el respeto, la negociación y la escucha activa nos permite construir relaciones satisfactorias y comunicarnos eficazmente con los demás.
Capacidad de iniciativa: Implica la voluntad de tomar acción para obtener resultados beneficiosos para nosotros mismos, adoptando una actitud proactiva y asumiendo responsabilidades.
Creatividad: Atreverse a crear cosas nuevas y encontrar soluciones innovadoras a los problemas de la vida diaria, nos permite pensar de manera más flexible y adaptativa.
Ideología personal: Se refiere a nuestros valores éticos y morales, que guían nuestro comportamiento y contribuyen a una convivencia pacífica en sociedad.
Sentido del humor: Adoptar una actitud positiva y encontrar momentos de alegría incluso en medio de las dificultades nos ayuda a reducir el estrés y afrontar los desafíos con una mentalidad más optimista.