
Entre la selva emocional y la ciudad: mi batalla contra el Síndrome de Tarzán
Carlos Andrés puede identificar cada rama rota en su historial amoroso:
[post_banner title=”¿Necesitas apoyo? Selia te ayuda” body=”Sana tus heridas con terapia online personalizada. ¡Agenda una consulta!” cta=”Comienza ahora” cta_url=”https://users.selia.co/sign-up/?utm_source=seo&utm_medium=blog&utm_content=maneja-el-estres”]
En terapia, el psicólogo especializado ayudó a Carlos Andrés a rastrear el origen de su Síndrome de Tarzán:
“Descubrí que equiparaba intimidad con pérdida de control”, explica. “Prefiero estar solo que sentir que alguien puede herirme”.
El tratamiento en SELIA combinó varias estrategias:
1. Exposición gradual
2. Reestructuración cognitiva
3. Conexión corporal
Su terapeuta le asignó una tarea reveladora: mantener una relación durante 3 meses sin:
✔️ Cancelar citas por trabajo
✔️ Cambiar de tema cuando se hablara de sentimientos
✔️ Hacer comentarios autosaboteadores (“No sé qué haces conmigo“)
“Con Lucía, mi actual pareja, casi rompo en la semana 2 cuando me preguntó qué admiraba de ella. Quería salir corriendo, pero respiré y lo dije: ‘Tu capacidad para expresar lo que sientes‘”.
A seis meses de terapia:
✓ Sigue con Lucía, su relación más larga (5 meses y contando)
✓ Planeó un viaje juntos sin obsesionarse con itinerarios perfectos
✓ Permite que ella lo vea en momentos de vulnerabilidad (como cuando lloró al ver a su sobrino recién nacido)
“Todavía siento ganas de huir a veces, pero ahora reconozco que es miedo, no intuición. Y el miedo se puede enfrentar“, reflexiona.
Carlos Andrés comparte lo aprendido:
En SELIA recordamos que el Síndrome de Tarzán no es condena perpetua. Como descubrió Carlos Andrés: “Aprendí que balancearse entre lianas da adrenalina, pero descansar en tierra firme con alguien da paz”.
Si te identificas con esta historia, busca ayuda. La terapia puede enseñarte a disfrutar tanto de la autonomía como de la conexión profunda. Porque como escribió Carlos Andrés en su diario terapéutico: “Hoy elegí quedarme en vez de huir. Y el mundo no se acabó. Al contrario, comenzó algo nuevo“.










Si tú o alguien que conoces está experimentando una emergencia o una crisis y necesita ayuda inmediata, llama a la línea 192 opción 4 (en Colombia) o dirígete a la sala de emergencia más cercana. Encuentra recursos adicionales para crisis.