Tabla de contenidos
- La sombra de los patrones: cuando lo cotidiano se vuelve terror
- Terapia: nombrar el monstruo para domesticarlo
- El día que el miedo perdió poder
- Vivir (y crear) con tripofobia
La sombra de los patrones: cuando lo cotidiano se vuelve terror
Desde la adolescencia, Mariana notó que ciertas cosas le generaban incomodidad inexplicable:
✔️ Las burbujas de jabón acumuladas en el lavamanos
✔️ Los panales de abejas en documentales
✔️ Los hoyuelos en la superficie de los hongos
✔️ Hasta el chocolate con chips que tanto le gustaba de niña
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Comienza ahoraTerapia: nombrar el monstruo para domesticarlo
En SELIA, la psicóloga especializada la guió a través de un proceso revelador:
1. Validación científica
- Explicación de que la tripofobia (aversión a patrones irregulares de agujeros o protuberancias) tiene bases evolutivas 1
- Test con imágenes controladas para identificar sus detonantes específicos
2. Reestructuración cognitiva
- Cuestionar pensamientos catastróficos (“Si veo esto, me desmayaré“)
- Diferenciar peligro real (“Es solo una imagen, no puede lastimarme“)
3. Exposición gradual
- Empezando con dibujos abstractos de puntos
- Avanzando a fotos editadas con bajo contraste
- Usando realidad virtual para controlar la intensidad
El día que el miedo perdió poder
El punto de inflexión llegó cuando Mariana pudo mirar una foto de una semilla de loto durante 10 segundos sin pánico. “Aprendí que no era cobarde, solo mi cerebro interpretaba esos patrones como amenaza“, explica. Sus herramientas clave:
✔️ Técnica de respiración 4-7-8 antes de enfrentar detonantes
✔️ App para “suavizar” imágenes en su teléfono
✔️ Lista de “lugares seguros” visuales (como el cielo despejado) para calmarse
Vivir (y crear) con tripofobia
Como diseñadora, Mariana ha convertido su condición en insight profesional:
✓ Diseña empaques evitando patrones problemáticos
✓ Enseña a sus compañeros sobre accesibilidad visual
“Ahora cuando veo un panal, aún siento incomodidad, pero también curiosidad. ¿Cómo algo tan pequeño puede tener tanto poder sobre mí?“, reflexiona. Su madre, quien pagó esas primeras sesiones escépticas, hoy atesora el dibujo que Mariana le regaló: un campo de girasoles donde cada semilla es un corazón, no un agujero.
En SELIA recordamos que las fobias no son defectos, sino mensajes del cerebro que podemos aprender a descifrar. Como escribió Mariana en su diario terapéutico: “Mis ojos ven peligro donde otros ven belleza. Pero ahora elijo qué hacer con ese miedo: dejarlo gobernarme o usarlo para entender lo frágil y fascinante que es la percepción humana“.