Tabla de contenidos
- El poder del silencio en movimiento
- Caminar en silencio vs. caminar con distracciones
- Cómo integrar esta práctica en la vida diaria
- Beneficios más allá del estrés
- El silencio como refugio en la era digital
*Con información de El Espectador.
En un mundo dominado por el ruido constante —notificaciones, tráfico, conversaciones simultáneas—, encontrar momentos de quietud se ha convertido en un desafío. Sin embargo, una práctica sencilla y ancestral está demostrando ser una herramienta poderosa para combatir el estrés y reconectar con uno mismo: caminar en silencio.
Aunque caminar es una actividad cotidiana, hacerlo sin distracciones —sin teléfono, música o conversaciones— puede transformar un simple paseo en una experiencia terapéutica. Esta práctica, respaldada por estudios científicos, no solo reduce los niveles de cortisol, sino que también mejora la claridad mental y el bienestar emocional.
El poder del silencio en movimiento
En dicho estudio, participantes que caminaron en silencio 20 minutos al día, tres veces por semana, experimentaron una reducción del 21 % en sus niveles de cortisol, junto con un aumento significativo de dopamina y serotonina, neurotransmisores asociados al placer y la calma. Además, reportaron mayor concentración y menos pensamientos intrusivos.
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Comienza ahoraCaminar en silencio vs. caminar con distracciones
No es lo mismo dar un paseo escuchando un podcast que hacerlo en completo silencio. Cuando el cerebro no procesa información adicional, entra en un estado de “atención plena”, similar al que se busca en la meditación. El neurólogo alemán Josef Pfeiffer descubrió, mediante resonancias magnéticas, que dos minutos de silencio activan zonas cerebrales vinculadas a la creatividad y la introspección.
Por otro lado, caminar sin distracciones permite:
- Observar el entorno con mayor detalle (sonidos naturales, texturas, olores).
- Sintonizar con las sensaciones corporales (tensión muscular, ritmo respiratorio).
- Reconocer emociones reprimidas al dejar espacio para la introspección.
Cómo integrar esta práctica en la vida diaria
Caminar en silencio no requiere equipamiento especial ni horas de entrenamiento, pero sí intencionalidad. Algunas recomendaciones para empezar:
- Elegir un entorno tranquilo: parques, senderos naturales o calles poco transitadas.
- Dejar el teléfono en modo avión (o en casa).
- Comenzar con sesiones cortas (10-15 minutos) e incrementar gradualmente.
- Enfocarse en los sentidos: sentir el viento, escuchar pájaros, notar el ritmo de los pasos.
- No forzar la mente: si aparecen pensamientos, observarlos sin juzgar y volver al presente.
Beneficios más allá del estrés
Además de reducir la ansiedad, esta práctica tiene efectos integrales:
- Refuerza el sistema inmunológico (al disminuir el cortisol).
- Mejora la digestión al activar el sistema parasimpático.
- Estimula la creatividad al permitir que la mente divague libremente.
- Fortalece la conexión con la naturaleza, potenciando el bienestar psicológico.
El silencio como refugio en la era digital
En sociedades donde la productividad y la hiperconexión son valoradas por encima del descanso mental, caminar en silencio es un acto de resistencia consciente. Como señala Hunter, “es una forma de volver a casa en uno mismo”.
Desde el shinrin-yoku japonés hasta grupos organizados en ciudades como Medellín o Barcelona, esta práctica demuestra que, a veces, la solución al estrés no está en hacer más, sino en hacer menos. El silencio, lejos de ser vacío, es un espacio de restauración. Y en él, cada paso puede ser un camino hacia el equilibrio.