Cinco claves para prevenir la depresión en adultos mayores y promover un envejecimiento activo

Cinco claves para prevenir la depresión en adultos mayores y promover un envejecimiento activo
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*Con información de El Heraldo.

En Colombia, el envejecimiento poblacional es una realidad que avanza rápidamente. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), más de 7.6 millones de personas tienen 60 años o más, lo que representa alrededor del 14.5 % de la población. Este fenómeno demográfico exige estrategias efectivas para garantizar el bienestar físico, emocional y social de los adultos mayores.

La depresión en esta etapa de la vida es un problema frecuente, pero prevenible. Estudios publicados en Psychological Medicine revelan que la participación en espacios sociales puede reducir hasta en un 56 % el riesgo de desarrollar depresión en personas mayores. Además, según la Asociación Estadounidense de Psiquiatría Geriátrica (AAGP), mantener una vida social activa disminuye en un 50 % la probabilidad de padecer demencia.

1. Mantener una vida social activa

El aislamiento social es uno de los principales factores de riesgo para la depresión en adultos mayores. Según el Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos (USPHS), la soledad incrementa en un 29 % el riesgo de muerte prematura.

“Envejecer de forma saludable va más allá del cuidado del cuerpo; también implica nutrir la mente y el espíritu a través de la interacción con los demás”, señala Andrea Romero, coordinadora de programas para personas mayores en Compensar.

Acciones recomendadas:

  • Unirse a clubes sociales o grupos de interés.
  • Participar en actividades comunitarias.
  • Mantener contacto frecuente con familiares y amigos.

2. Realizar actividad física regular

El ejercicio no solo beneficia la salud física, sino también la mental. Caminatas, yoga o baile mejoran la circulación, reducen el estrés y liberan endorfinas, hormonas asociadas al bienestar emocional.

Beneficios clave:

  • Mejora la capacidad cardiovascular.
  • Fortalece músculos y huesos, reduciendo el riesgo de caídas.
  • Disminuye síntomas de ansiedad y depresión.

Actividades como las caminatas ecológicas, promovidas por organizaciones como Compensar, ofrecen además la oportunidad de conectar con la naturaleza y socializar.

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3. Estimular la mente con actividades cognitivas

El deterioro cognitivo y la falta de estímulos intelectuales pueden contribuir a la depresión. Por eso, es fundamental mantener el cerebro activo.

Opciones recomendadas:

  • Unirse a clubes de lectura o talleres de escritura.
  • Participar en juegos de mesa que requieran estrategia.
  • Asistir a conferencias o cursos sobre temas de interés.

Estas actividades no solo fortalecen la memoria, sino que también generan un sentido de logro y propósito.

4. Cultivar hobbies y expresiones artísticas

El arte y la creatividad son poderosas herramientas para el bienestar emocional. Pintura, música, manualidades o teatro permiten expresar emociones y reducir el estrés.

“Los talleres de arte estimulan la creatividad, fortalecen la motricidad fina y fomentan el aprendizaje continuo en un entorno colaborativo”, destaca Romero.

Beneficios:

  • Mejora la autoestima.
  • Favorece la relajación.
  • Promueve la socialización.

5. Buscar apoyo profesional cuando sea necesario

Aunque estas estrategias son efectivas para prevenir la depresión, en algunos casos se requiere ayuda profesional. Terapia psicológica, grupos de apoyo o intervenciones médicas pueden ser necesarios.

Señales de alerta:

  • Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba.
  • Cambios significativos en el apetito o el sueño.
  • Sentimientos persistentes de tristeza o desesperanza.

Un envejecimiento activo es posible

Promover un envejecimiento saludable requiere un enfoque integral que combine actividad física, socialización, estimulación cognitiva y expresión emocional. Instituciones como Compensar han demostrado que programas estructurados pueden marcar una diferencia significativa en la calidad de vida de los adultos mayores.

“Cuando una persona mayor se siente parte de una comunidad, su bienestar emocional se fortalece, mejora su autoestima y encuentra nuevas motivaciones para mantenerse activa”, concluye Romero.