Suicidio y tabúes: por qué hablar sin miedo puede salvar vidas

Última actualización:
2025-10-16

Suicidio y tabúes: por qué hablar sin miedo puede salvar vidas

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Cada 10 de septiembre, el mundo se detiene para recordar que la vida merece ser protegida. El Día Mundial para la Prevención del Suicidio no es solo una fecha simbólica; es un llamado a romper silencios y a derribar muros de prejuicios que durante décadas han impedido hablar de este tema de frente.

En Colombia, en los primeros seis meses de 2025, 1.352 personas murieron por suicidio. Las cifras no son frías estadísticas: son familias enteras que quedaron con preguntas sin respuesta. ¿Qué habría pasado si se hubiera hablado a tiempo? ¿Qué ocurriría si dejáramos de tratar al suicidio como un tabú?

El silencio como enemigo

Uno de los problemas más serios que rodea el suicidio es el estigma social. En muchas culturas, el suicidio ha sido visto como pecado, debilidad o locura. Esta visión, transmitida de generación en generación, ha sembrado miedo a hablar del tema, como si callar fuera una forma de evitarlo. Pero el silencio, lejos de proteger, mata.

Como explica Olga Hoyos, docente de la Universidad del Norte, en El Heraldo: “las creencias estigmatizadas y el desconocimiento refuerzan el silencio y entorpecen hablar con respaldo científico”.

Cuando el suicidio se trata como un tabú, las personas que piensan en él se sienten aún más solas. Les cuesta pedir ayuda, sienten vergüenza y temen el juicio social.

Match con especialista

Historias que rompen muros

Gracias al acompañamiento terapéutico, Camila descubrió que expresar lo que sentía era un acto de valentía y no de debilidad. Su historia demuestra que hablar puede salvar. ¿Cuántas vidas más podrían cambiar si nos atreviéramos a escuchar sin juzgar?

Cifras que estremecen

Los números que presenta el artículo de El Heraldo son contundentes:

El presidente de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, Alexie Vallejo, recuerda que aunque el país no está entre los de mayores índices globales, la tendencia creciente exige políticas públicas sostenidas y un cambio cultural profundo.

Los hombres y el silencio emocional

Un dato alarmante: los hombres entre los 20 y 44 años encabezan la estadística de muertes por suicidio en Colombia. ¿Por qué?

Los expertos señalan que, culturalmente, a los hombres se les ha enseñado a no expresar vulnerabilidad. Se espera de ellos fortaleza, silencio frente al dolor y autosuficiencia. Esta presión social hace que callen sus emociones, lo que incrementa la posibilidad de que el sufrimiento se vuelva insoportable.

Romper tabúes implica también cuestionar los estereotipos de género que impiden pedir ayuda. Hablar de emociones no es debilidad: es una forma de proteger la vida.

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Adultos mayores: soledad y riesgo

Otro grupo vulnerable son los adultos mayores. El aislamiento social, las enfermedades crónicas y la pérdida de seres queridos se convierten en detonantes de ideación suicida. En muchos casos, estas señales pasan inadvertidas porque la sociedad normaliza el silencio de la vejez. Romper tabúes significa también mirar a esta población y crear espacios de compañía y cuidado.

Señales de alerta: escuchar lo que no se dice

Romper el tabú del suicidio también implica aprender a identificar señales de alarma. Algunas de las más comunes son:

¿Te has preguntado si alguien cercano muestra estas señales y no lo has notado por miedo a preguntar?

El valor de preguntar sin miedo

Existe un mito peligroso: que preguntar sobre suicidio “mete la idea en la cabeza” de quien sufre. La realidad es la contraria. Los especialistas aseguran que preguntar con empatía puede abrir una puerta a la esperanza. Una frase como “¿Has pensado en hacerte daño?” puede ser incómoda, pero a menudo es un salvavidas.

Romper tabúes: un compromiso colectivo

La prevención del suicidio no es tarea exclusiva de médicos o psicólogos. Todos podemos contribuir a derribar estigmas. Las familias deben crear espacios de confianza; las escuelas, enseñar educación emocional; los medios de comunicación, informar con responsabilidad; y los gobiernos, garantizar recursos y atención accesible.

Romper tabúes es también cambiar la narrativa: dejar de ver el suicidio como un tema prohibido y empezar a tratarlo como lo que es: un problema de salud pública que merece conversación, comprensión y acción.

Terapias y apoyo profesional: un primer paso

Reconocer que necesitamos ayuda no es fácil, pero puede ser el inicio de una nueva etapa. Si sientes que hablar con tu entorno no es suficiente, o que el peso emocional es demasiado, recuerda que siempre existen profesionales listos para acompañarte.

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Romper tabúes también es acceder a programas de apoyo

Además del acompañamiento individual, hay procesos estructurados que fortalecen la resiliencia y ofrecen herramientas para enfrentar la depresión, la ansiedad y el duelo. Estos programas de salud mental de SELIA están diseñados para guiar paso a paso hacia el bienestar.

La sociedad que queremos

Imagina una sociedad donde hablar de suicidio no genere miedo ni vergüenza. Donde un joven pueda decir “estoy mal” sin ser juzgado, o un adulto mayor confiese “me siento solo” y reciba compañía en lugar de silencio. Esa es la sociedad que necesitamos construir.

El Día Mundial para la Prevención del Suicidio nos recuerda que el cambio es posible. Y empieza con un gesto tan humano como hablar y escuchar.

Romper tabúes salva vidas

El suicidio no es un tema que deba esconderse bajo la alfombra. Hablar de él es un acto de valentía que puede salvar vidas. Romper tabúes es abrir la puerta a la esperanza, a la empatía y a la prevención.

Si tú o alguien que conoces está experimentando una emergencia o una crisis y necesita ayuda inmediata, llama a la línea 192 opción 4 (en Colombia) o dirígete a la sala de emergencia más cercana. Encuentra recursos adicionales para crisis.