
Terapias contextuales o de tercera generación: un enfoque innovador en psicoterapia
En las últimas décadas, el campo de la psicoterapia ha experimentado una evolución significativa con el surgimiento de las llamadas terapias contextuales o de tercera generación, un conjunto de enfoques que representan un cambio paradigmático en el tratamiento de los problemas psicológicos.
A diferencia de las terapias tradicionales centradas principalmente en la reducción de síntomas, estas aproximaciones se enfocan en la relación que la persona establece con sus experiencias internas (pensamientos, emociones, sensaciones) y en la construcción de una vida significativa.
Estos modelos terapéuticos han demostrado eficacia en el tratamiento de diversos trastornos psicológicos, especialmente aquellos relacionados con la evitación experiencial y el sufrimiento humano crónico.
Las terapias contextuales, también conocidas como terapias de tercera generación, son un grupo de intervenciones psicológicas que comparten principios fundamentales basados en la psicología conductual contextual y la filosofía del contextualismo funcional. Surgieron como respuesta a las limitaciones de las terapias cognitivo-conductuales tradicionales, incorporando elementos de aceptación, mindfulness y valores personales.
Estos enfoques se denominan “contextuales” porque:
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La ACT es probablemente el modelo más conocido de esta generación. Su objetivo principal es aumentar la flexibilidad psicológica, es decir, la capacidad de estar en contacto con el momento presente y actuar según los valores personales incluso en presencia de malestar. Se basa en seis procesos centrales: aceptación, defusión cognitiva, contacto con el momento presente, yo como contexto, valores y acción comprometida.
La FAP se centra en la relación terapéutica como vehículo de cambio. Utiliza interacciones genuinas entre terapeuta y cliente para identificar y modificar patrones problemáticos que ocurren en sesión, asumiendo que estos reflejan los que suceden en la vida cotidiana del paciente.
Desarrollada originalmente para el trastorno límite de personalidad, la DBT combina estrategias de cambio con prácticas de aceptación. Incluye entrenamiento en habilidades de regulación emocional, tolerancia al malestar, efectividad interpersonal y mindfulness.
Este enfoque, particularmente útil para la depresión, se centra en aumentar la participación en actividades valiosas y significativas como medio para mejorar el estado de ánimo y reducir la evitación.
Basada en principios de ACT, esta terapia ayuda a las parejas a desarrollar mayor aceptación y flexibilidad psicológica en su relación, reduciendo las luchas de poder y aumentando la intimidad emocional.
Aunque cada terapia tiene sus particularidades, comparten varios supuestos fundamentales:
Investigaciones muestran que estas terapias han demostrado eficacia en:
Un metaanálisis publicado en Clinical Psychology Review encontró que la ACT, en particular, tiene efectos comparables a la terapia cognitivo-conductual tradicional para diversos trastornos, con tasas de abandono significativamente menores.
Para entender mejor el aporte de estas terapias, es útil compararlas con los enfoques previos:
Primera generación (conductual)
Segunda generación (cognitivo-conductual)
Tercera generación (contextual)
Ayudan a observar los pensamientos como eventos mentales transitorios en lugar de como verdades absolutas. Por ejemplo:
Entrenamiento en atención plena para aumentar la capacidad de estar presente sin juzgar. Esto incluye:
Actividades para ayudar a la persona a identificar lo que realmente importa en áreas como:
Diferente a la exposición tradicional, aquí el énfasis está en experimentar plenamente las sensaciones temidas mientras se mantiene el compromiso con acciones valiosas.
Aunque las terapias contextuales han ganado popularidad, también enfrentan algunas críticas:
A pesar de estos desafíos, la evidencia acumulada respalda su utilidad clínica, especialmente para pacientes que no responden a enfoques más tradicionales.
El campo continúa evolucionando con desarrollos prometedores:










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