
Ejercicio durante la menopausia: un aliado clave para la salud mental
La menopausia, una etapa natural en la vida de las mujeres, trae consigo cambios físicos y emocionales significativos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca del 70% de las mujeres experimentan síntomas psicológicos durante esta transición, incluyendo ansiedad, irritabilidad, depresión y trastornos del sueño. Sin embargo, investigaciones recientes demuestran que el ejercicio físico puede ser una herramienta poderosa para mitigar estos efectos y mejorar el bienestar mental.
Un estudio publicado en Menopause: The Journal of The North American Menopause Society reveló que las mujeres que realizan actividad física regular durante la menopausia tienen un 40% menos riesgo de desarrollar depresión y un 35% menos probabilidades de sufrir ansiedad severa. Además, el ejercicio no solo ayuda a manejar los síntomas emocionales, sino que también contrarresta otros efectos comunes como el aumento de peso, la pérdida de masa muscular y los sofocos.
Durante la menopausia, los niveles de estrógeno disminuyen, lo que afecta directamente el estado de ánimo. El ejercicio estimula la producción de endorfinas, neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales y mejoran el humor. Un estudio de la Universidad de Harvard encontró que 30 minutos de actividad física moderada al día aumentan los niveles de serotonina y dopamina, reduciendo la irritabilidad y la fatiga mental.
El cortisol, la hormona del estrés, tiende a elevarse durante la menopausia. El ejercicio actúa como un modulador natural del estrés, disminuyendo los niveles de cortisol y promoviendo la relajación. Investigaciones del Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism demuestran que el yoga y el pilates son especialmente efectivos para reducir la ansiedad en mujeres menopáusicas, gracias a su combinación de movimiento y respiración consciente.
Los trastornos del sueño afectan a más del 60% de las mujeres en esta etapa, según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. El ejercicio regular ayuda a regular el ciclo circadiano, facilitando un descanso más profundo y reparador. Un estudio publicado en Sleep Medicine mostró que las mujeres que caminaban al menos 10,000 pasos al día experimentaban una mejor calidad del sueño y menos despertares nocturnos.
Los cambios físicos durante la menopausia pueden afectar la percepción de la imagen corporal. El ejercicio no solo ayuda a mantener un peso saludable, sino que también fortalece la confianza y la autoaceptación. Un informe de la Clínica Mayo destacó que las mujeres que incorporan entrenamiento de fuerza en su rutina reportan mayor satisfacción con su cuerpo y menos ansiedad relacionada con el envejecimiento.
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Si a pesar de llevar una rutina activa persisten síntomas como depresión severa, ataques de pánico o insomnio crónico, es importante consultar a un especialista. La terapia cognitivo-conductual (TCC) y, en algunos casos, la terapia de reemplazo hormonal (TRH) pueden ser complementos efectivos.
La menopausia no tiene que ser una etapa de sufrimiento emocional. Como demuestran múltiples estudios, el ejercicio físico es una de las estrategias más efectivas para preservar la salud mental durante este período. “El movimiento no solo cambia el cuerpo, también reconfigura el cerebro hacia un estado más resiliente” — concluye un informe de Nature Mental Health.
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