Personalidad sumisa: Características, Significado y Consejos

Personalidad sumisa
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Curado por: Camilo Sáenz-Moncaleano, PhD

Camilo es un psicólogo con más de 12 años de experiencia académica. Actualmente se desempeña como profesor universitario y consultor en temas de alto rendimiento, bienestar y salud mental.

En este artículo hablamos de:

Mucho se ha hablado de ser sumiso o sumisa. Desde películas con tintes eróticos hasta relaciones tóxicas basadas en el desequilibrio de poder. Pasando por los casos donde una persona se sobrepasa sobre la otra, incluso en contra de su voluntad, y la culpa que a veces se le aplica a la víctima.

Con tantos mitos flotando por ahí, despejarlos se ha vuelto una tarea muy importante para nosotros. Es por eso que aquí te contaremos todo sobre lo que significa ser sumiso o sumisa, ¿de dónde surge esto?, ¿qué implica?, entre otros temas.

¿Qué es ser sumisa o sumiso?

Ser sumisa o sumiso es una actitud que implica subordinarse voluntariamente a la autoridad de alguien más, ya sea en el ámbito personal, social o sexual. Las personas sumisas suelen tener una baja autoestima, dificultad para expresar sus necesidades y deseos, y una tendencia a evitar los conflictos, lo cual suele llevarlos a complacer a los demás.

La sumisión puede tener diferentes orígenes como la educación, la cultura, el miedo o la inseguridad. Algunas personas pueden adoptar un rol sumiso por creer que es lo correcto, lo esperado o lo que es necesario hacer para poder recibir amor y aceptación. Otras personas pueden ser sumisas por temor a las represalias, al rechazo o al abandono.

 
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Características de la personalidad sumisa 

Algunas de las características que definen a la personalidad sumisa son:

  • Las personas sumisas tienden a sacrificar sus propios deseos e intereses para no llevarle la contraria a los demás.
  • Muchas veces, la personalidad sumisa se origina por experiencias de maltrato, abuso o bullying en la infancia o adolescencia.
  • Las personas sumisas suelen tener un estilo de personalidad introvertido y tímido. No les gusta llamar la atención ni destacar en ningún ámbito.
  • Un sumiso o sumisa suele establecer vínculos de dependencia con otras personas que consideran más fuertes, seguras o autoritarias.
  • Buscan su aprobación, protección y afecto, y temen perderlas.
  • También suelen tener dificultades para defender sus derechos y expresar sus necesidades de forma respetuosa y firme.
  • Suelen ceder ante las presiones o las amenazas de los demás y aceptar situaciones que les perjudica o les incomodan.
  • Suelen tener una visión negativa de sí mismas, de los demás y del mundo. Se sienten inferiores, incapaces e indignas.

Los rasgos psicológicos de las personas sumisas

Para identificar si una persona es sumisa, es necesario considerar los rasgos que diferencian a la personalidad sumisa. Aquí te contamos los principales:

1. La evitación del conflicto

Las personas sumisas tienden a evitar las confrontaciones, por mínimas que sean. Prefieren ceder, callar o aceptar lo que los demás dicen o hacen, aunque no estén de acuerdo o se sientan incómodos. Esto les impide defender sus derechos, expresar sus sentimientos o incluso prevenir ser víctima de abusos.

2. Un pasado doloroso

Muchas veces, la sumisión tiene su origen en un pasado de maltrato, abuso, rechazo o humillación. Estas experiencias pueden hacer que las personas sumisas aprendan que los demás son una amenaza, que no merecen respeto ni amor y que deben someterse para evitar el sufrimiento. Además pueden padecer de un sentimiento de culpa, de vergüenza o de inferioridad.

3. Perfil de personalidad discreto

Las personas sumisas suelen tener un perfil de personalidad discreto, es decir, que no les gusta llamar la atención, destacar o sobresalir. Se sienten más cómodos en un segundo plano, siguiendo las normas, las expectativas o las instrucciones de los demás. Su actitud es de humildad, cordialidad y generosidad, pero también de pasividad y conformismo.

4. Tendencia a la timidez

La timidez es otra característica que suele acompañar a la sumisión. El sumiso o sumisa suele tener miedo al rechazo, a la crítica o al juicio de los demás, por lo que se inhiben, se cohíben o se retraen en las situaciones sociales. Les cuesta iniciar o mantener conversaciones, hacer y mantener amistades, o participar en actividades grupales.

5. Creación de vínculos de dependencia

El sumiso o sumisa suele establecer relaciones de dependencia con los demás, especialmente con aquellos que tienen un rol de autoridad, de dominio o de protección. Estas personas se convierten en el centro de su vida, en su fuente de seguridad, de afecto y de sentido. Es como si las personas sumisas se fusionaran con ellas, renunciando a su identidad, sus diferencias, o su individualidad.

6. Falta de asertividad

La asertividad se entiende como la habilidad para defender lo que uno piensa con confianza y convicción, pero sin llegar a ser agresivo. En este sentido, las personas que tienen personalidad sumisa suelen carecer de la capacidad de ser asertivos con los demás, ya que temen las consecuencias negativas de hacerlo. Por eso, suelen adoptar un estilo de comunicación pasivo, en el que suelen dejarse manipular, se disculpan en exceso, se justifican o se autocritican.

7. Intentan satisfacer a los demás

Las personas sumisas tienen una gran necesidad de agradar, de complacer y de ser aceptadas por los demás. Para ello, hacen todo lo posible por satisfacer sus demandas, sus expectativas o sus preferencias de las otras peraonas, aunque vayan en contra de las suyas propias. Se sacrifican, se esfuerzan y se desviven por los demás, esperando recibir a cambio su reconocimiento, su aprobación o su cariño.

8. Lenguaje no verbal contraído

El lenguaje no verbal de las personas con personalidad sumisa suele ser contraído, es decir, que refleja tensión, nerviosismo, inseguridad o sumisión. Algunos ejemplos son encogerse de hombros, agachar la cabeza, evitar la mirada, sonreír nerviosamente o hablar en voz baja. Esto puede ser un reflejo de su baja autoestima y el que se sientan inferiores a los demás.

9. Dicen sentirse mal con relativa frecuencia

Las personas sumisas suelen tener un estado de ánimo bajo o triste, debido a la insatisfacción, la frustración o el malestar que les genera su forma de relacionarse con los demás. También pueden experimentar ansiedad, estrés o miedo, ante la posibilidad de enfrentarse a situaciones conflictivas, desafiantes o amenazantes.

10. Hablan poco

Las personas sumisas suelen hablar poco, muchas veces esto se debe a que, a pesar de tener posiciones u opiniones, no se atreven a decirlo porque creen que no los van a escuchar, a hacer caso o han tenido una historia en la que sus opiniones han sido descartadas inmediatamente y no validadas. Su comunicación suele ser breve, superficial y se limita a responder a lo que los demás les preguntan o les dicen. En consecuencia, no suelen expresar sus opiniones, sus sentimientos o sus deseos, ni comunicar qué es lo que necesitan o quieren.

 

¿Cómo dejar de ser sumiso o sumisa?

Para dejar de ser sumiso o sumisa, se requiere un proceso de autoconocimiento, cambio de creencias que tienes fuertemente arraigadas en tu mentes y la práctica de habilidades sociales que te permita manejar de mejor manera las interacciones sociales. Durante este proceso, trabajarás en aprender a identificar las situaciones en las que te sientes sumiso o sumisa y las razones que pueden llevar a que actúes de esa manera.
 
De igual forma, profundizarás en ti para averiguar si la sumisión tiene raíces en un trauma o abuso del pasado. La mejor forma de atender la personalidad sumisa es mediante terapia, ya que ahí tendrás la guía de un profesional experto que te apoyará y ayudará durante todo este proceso. De esta manera, podrás obtener los resultados que estás buscando.

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Diferenciar si una persona es dominante o sumisa

La personalidad dominante y la personalidad sumisa son dos tipos opuestos de comportamiento que pueden observarse en las interacciones humanas.
 
Para diferenciar si una persona es dominante o sumisa, se pueden tener en cuenta varios aspectos de su comunicación no verbal como lo son los gestos, la postura y el contacto visual. Al observar a estas personas, se puede ver que las personas dominantes suelen expandirse, tratar de tener y ocupar más espacio, y mostrar gestos abiertos y amplios. Por el contrario, una persona sumisa suele reducir su espacio, tratar de pasar desapercibido, y mostrar gestos cerrados y pequeños.
 
Otro aspecto que puede ayudar a diferenciar es el tono y el contenido de su comunicación verbal como el vocabulario, la entonación, el volumen y la fluidez. Las personas dominantes suelen expresarse con confianza, claridad y firmeza, incluso a veces suelen hablar muy duro a propósito. En cambio, las personas con personalidad sumisa suelen expresarse con duda, inseguridad y muchas veces en tonos de voz bajos.

Diferencias clave entre la personalidad dominante y la sumisa

Aunque no son categorías absolutas, sino que existen grados y matices, se pueden identificar algunas diferencias clave entre una personalidad dominante y alguien con tendencia a la sumisión. Estas son algunas de ellas:

La personalidad dominante tiende a ser más asertiva, segura de sí misma y analítica. Le gusta tener el control y hacerse cargo de las situaciones. Se le suele dar bien tomar decisiones y suele ser un líder natural.

La personalidad sumisa tiende a ser más tímida, introvertida y dependiente. Prefiere seguir en lugar de liderar y suele ceder ante los demás a la hora de tomar decisiones. Se le suele dar bien cooperar y adaptarse a las circunstancias.

La personalidad dominante suele expresarse con gestos abiertos, expansivos y firmes. Cuando está en una mesa, suele tener sus brazos abiertos sobre la misma

La personalidad sumisa suele expresarse con gestos cerrados, retraídos y débiles. Cuando está en una mesa, suele tener sus brazos pegados al cuerpo o entrelazados sobre el regazo.

La personalidad dominante suele ocupar mucho espacio con sus objetos personales como en su mesa de trabajo o en su habitación. Esto refleja su necesidad de marcar su territorio y su estatus

La personalidad sumisa suele ocupar poco espacio con sus objetos personales, como en su mesa de trabajo o en su habitación. Esto refleja su necesidad de pasar desapercibido y su humildad.

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¿Cuáles son las ventajas de la conducta sumisa?

La conducta sumisa puede tener algunas ventajas, siempre que se practique de forma consciente, voluntaria y equilibrada. Algunas de estas ventajas son:

  • Favorece la confianza y la intimidad en las relaciones.
  • Refuerza la autoestima y la seguridad de las otras personas.
  • Evita los conflictos y las confrontaciones innecesarias.
  • Ayuda a adaptarse mejor a las situaciones cambiantes.
  • Hace que puedas trabajar mejor en equipo.
 

Aunque claro, siempre debe haber un equilibrio pues la sumisión en exceso puede llevar a conductas dañinas y a relaciones tóxicas o contraproducentes. 

¿Cómo ayudar a una persona sumisa a desarrollarse?

Para ayudar a un sumiso o sumisa a desarrollarse es importante fomentar su confianza, asertividad y autonomía. Algunas formas de hacerlo son:

  • Ayudarla a conocerse más a sí misma.
  • Darle espacio para expresarse, sin interrumpirla, criticarla o descalificar sus opiniones y pensamientos.
  • Ayudarla a diferenciar desacuerdo de hostilidad.
  • Darle ejemplos de funcionamiento no sumiso y ayudarle a practicar esas habilidades.
  • Enseñarle lo que son los límites y su importancia.
  • Buscarle un buen terapeuta como los que están disponibles en Selia.
 

Aunque si lo que quieres es que la sumisión tóxica finalice y tu ser querido sepa cómo manejar su personalidad sumisa, ¡motívalo a buscar ayuda profesional! De esta manera, podrán lograr resultados positivos y duraderos.

¿Cómo puede ayudar la terapia a una persona sumisa?

La terapia puede ser una herramienta muy útil para ayudar a un individuo sumiso o persona sumisa a mejorar su autoestima, su asertividad y su autonomía. Para ello, el profesional abordará las distintas aristas de la sumisión, desde su origen hasta sus efectos en el día a día.

Un terapeuta ayudará a identificar, cuestionar y modificar las creencias que le llevan a quienes tienen personalidad sumisa a perder su valor y a temer el conflicto o el rechazo. También les enseñará estrategias y herramientas que ayudarán a que las personas expresen sus opiniones y deseos de forma clara y respetuosa, sin agredir ni someterse a los demás.

Además, un terapeuta puede orientar y apoyar a las personas en el proceso de establecer límites saludables y de resolver los problemas que pueda tener en su vida personal, familiar, laboral o social. De esta manera, los consultantes podrán desarrollar una mayor confianza en sí mismos y en sus capacidades, lo que le permitirá relacionarse de forma más equilibrada y satisfactoria con los demás, además de alcanzar un bienestar emocional más saludable.

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Educar sobre la psicología del comportamiento sumiso y dominante

Entender qué es lo que hay detrás de la personalidad dominante y la personalidad sumisa es crucial para aprender cómo interactuar con ellos y entre ellos. Y es que muchas personas pueden pensar que son sumisos o sumisas cuando en realidad lo que tienen son dificultades para establecer límites y decir no cuando sea necesario.

Hoy en día, aprender sobre la psicología tanto de la sumisión como de los dominantes es muy sencillo. Desde nuestro blog Selia, videos en redes sociales, videos o libros digitales pueden aportarnos muchísima información que nos ayudarán a entender qué implica ser sumisa o ser dominante.

¿Cómo superar la tendencia a mantenernos sumisos ante los demás?

La tendencia a mantenernos sumisos ante los demás puede traer consecuencias negativas para nuestra salud mental y nuestra autoestima. Para superar esta tendencia, es importante trabajar en nuestra confianza, nuestra asertividad y nuestra capacidad de expresar nuestras necesidades.

No te quedes paralizado por el miedo al conflicto o al rechazo. Busca la manera de defender tus derechos y necesidades. Una forma en que lo puedes lograr es practicando a decir NO sin sentirte culpable. Comienza con cosas y situaciones pequeñas, y a medida que te vayas sintiendo más seguro de expresar tu voluntad, puedes ir aprendiendo a negociar y a buscar soluciones que beneficien a ambas partes.

Adicionalmente, puedes comenzar a tomar más responsabilidad en tu vida y tomar decisiones por ti mismo/a. Reconoce tus fortalezas y tus logros, y valora tu autoestima.  No te aísles ni te límites solamente a escuchar a los demás, busca participar activamente en las conversaciones. Esto no significa controvertir y llevar siempre la contraria, puedes hacer preguntas, compartir tus experiencias y en general mostrar interés por los temas de conversación.

Por último, busca alejarte de aquellas personas que te hacen sentir mal, que te critican, que te juzgan, que te controlan o que no te dan el valor que te mereces. Rodéate de personas que te apoyen, que te respeten, que te quieran y que te ayuden a crecer.

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Frequently Asked Questions

¿Qué es ser Sumisa?

Ser sumisa o sumiso es una actitud en la cual las personas se someten al control, de forma voluntaria, de alguien con mayor autoridad debido a que se sienten inferiores o han aprendido y mantenido esta actitud durante mucho tiempo por temor a las represalias.

La sumisión en la pareja es cuando una parte se entrega voluntariamente al control de la otra, a su voluntad, sus decisiones, su autoridad e incluso su toxicidad o abuso.

Por ejemplo, una mujer sumisa aceptará todo lo que diga el esposo desde las decisiones de qué comer o comprar hasta cómo debe vestirse, actuar, qué decir, entre otros. Por más que muchas veces no esté de acuerdo con esto, teme la confrontación o la reacción de la otra persona al comunicar sus posturas.

La personalidad sumisa se caracteriza por ser pasiva, complaciente y dependiente con los demás. Suelen ser calladas y tímidas, así como temen al rechazo y a los conflictos.

Revisa cómo es su comportamiento, si demuestra autoridad o inferioridad, si se muestra o se esconde, si busca dominar la conversación o simplemente asienta con la cabeza mientras permanece callado.

Es importante establecer una comunicación clara y honesta con una persona sumisa reconociendo su valor y respetando siempre sus límites.

Presta atención a su comportamiento, si dice que sí a todo o si también realiza objeciones, si evita los conflictos o tiene una actitud pasiva o tímida, es posible que haya aprendido a que esta es la manera en que debe relacionarse con los demás.

La conducta sumisa es una forma de comportarse que implica someterse voluntariamente a la autoridad o los deseos de los demás, incluso poniendo sus necesidades y deseos en un segundo plano.

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