Cómo olvidar a una persona de forma sana: una guía para sanar el corazón

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Terminar una relación o dejar ir a alguien que ha sido significativo en nuestra vida es uno de los procesos emocionales más difíciles de enfrentar. Ya sea por una ruptura amorosa, una amistad que se desvaneció o el distanciamiento de un ser querido, el dolor puede ser profundo y persistente. Sin embargo, olvidar a alguien no se trata de borrar su existencia de nuestra memoria, sino de aprender a vivir sin esa persona de una manera saludable.

Aceptar el dolor: el primer paso hacia la sanación

Negar lo que sentimos solo prolonga el sufrimiento. El primer paso para olvidar a alguien es reconocer que duele. La aceptación permite procesar las emociones en lugar de reprimirlas. Es normal sentir tristeza, rabia o incluso alivio; lo importante es no juzgarse por ello.

  • Permítete llorar: el llanto es una respuesta natural que libera tensión emocional.
  • Evita culparte: las relaciones son dinámicas y rara vez la responsabilidad es unilateral.
  • Habla de lo que sientes: compartir tus emociones con amigos, familia o un terapeuta puede aliviar la carga.

Cortar el contacto (al menos temporalmente)

Mantener comunicación con la persona que queremos olvidar puede dificultar el proceso. Es importante establecer límites claros:

  • Redes sociales: considera silenciar o eliminar a la persona para evitar la tentación de revisar su perfil.
  • Evita encuentros innecesarios: si es posible, aléjate de lugares o situaciones que los reúnan frecuentemente.
  • No caigas en el “vamos a ser amigos: si la relación terminó, forzar una amistad inmediata puede ser contraproducente.

Reconstruye tu identidad fuera de esa relación

Muchas veces, las relaciones nos definen tanto que, al terminarse, sentimos que perdemos parte de nuestra identidad. Recuperar el sentido de individualidad es clave:

  • Redescubre quién eres sin esa persona: pregúntate: ¿qué me gusta? ¿cómo quiero vivir a partir de ahora?espersonalización o desrealización, aunque muchas más tienen experiencias leves que no alcanzan el umbral clínico.
  • Retoma hobbies abandonados: pintura, deporte, música… reconectar con actividades que te gustan fortalece la autoestima.
  • Establece nuevas metas: enfócate en proyectos personales o profesionales que te den un propósito.

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No idealices el pasado

La nostalgia suele pintar los recuerdos con tintes más bonitos de lo que fueron. Para evitar caer en la idealización:

  • Haz una lista objetiva: anota tanto lo bueno como lo malo de la relación. Esto ayuda a verla con realismo.
  • Recuerda por qué terminó: si hubo razones concretas (infidelidad, incompatibilidad), repasarlas evita fantasear con un “qué pasaría si…”.
  • Practica el desapego material: regalar o guardar objetos simbólicos (cartas, regalos) reduce la conexión emocional.

Cuida tu salud física y mental

El estrés emocional debilita el sistema inmunológico y puede generar insomnio o ansiedad. Priorizar el autocuidado acelera la recuperación:

  • Ejercítate: el deporte libera endorfinas, hormonas que mejoran el ánimo.
  • Duerme bien: el descanso es fundamental para regular las emociones.
  • Aliméntate balanceadamente: evita excesos de alcohol o comida chatarra, que empeoran la sensación de decaimiento.

Rodéate de tu red de apoyo

El aislamiento empeora la soledad. Aprovecha el cariño de quienes sí están presentes:

  • Planifica actividades con amigos: salir distrae y refuerza vínculos positivos.
  • Únete a grupos nuevos: talleres, voluntariados o comunidades en línea pueden brindar nuevas perspectivas.
  • Pide ayuda profesional si es necesario: un psicólogo puede ofrecer herramientas personalizadas para gestionar el duelo.

Date tiempo: la cura no es lineal

Olvidar a alguien no sigue un calendario. Habrá días buenos y malos, y está bien. Compararse con otros (“¿por qué yo aún no supero esto?“) solo genera frustración.

  • Celebra los pequeños avances: poder mencionar a la persona sin dolor es una señal de progreso.
  • No forces “el cierre”: algunas heridas sanan sin una conversación final.
  • Aprende del proceso: cada relación enseña algo sobre ti, tus necesidades y tus límites.

Enfócate en el presente y futuro

Estar anclado en el pasado impide mirar hacia adelante. Practica técnicas como:

  • Mindfulness: meditar ayuda a anclarse en el ahora y reducir la ansiedad.
  • Visualización positiva: imagina cómo te gustaría sentirte en unos meses y trabaja hacia eso.
  • Abre tu corazón cuando estés listo: no se trata de olvidar para siempre, sino de sanar para amar de nuevo sin miedo.

Olvidar es aprender a vivir de nuevo

Olvidar a alguien de forma sana no es un acto de desamor, sino de respeto hacia uno mismo. Se trata de transformar el dolor en crecimiento, de soltar sin borrar, y de entender que, aunque algunas personas no sean para siempre, siempre dejan una enseñanza. La meta no es dejar de recordar, sino recordar sin sufrir. Y eso, con paciencia y compasión hacia uno mismo, siempre llega.