¿Qué tipos de violencia existen?

Tipos violencia
Picture of Alma Digital SEO
Alma Digital SEO
En este artículo hablamos de:

Tabla de contenidos

La violencia es un fenómeno complejo que trasciende el daño físico visible. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se define como “el uso intencional de la fuerza o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo, que cause o tenga alta probabilidad de causar lesiones, muerte, daño psicológico o privaciones”.

En este artículo, exploraremos los distintos tipos de violencia, sus características y el impacto que generan en la salud mental de las víctimas. Además, brindaremos herramientas para identificar estas situaciones y buscar ayuda cuando sea necesario.

1. Violencia física: La más visible pero no la única

La violencia física es la forma más reconocida y consiste en el uso de la fuerza para causar daño corporal. Incluye:

  • Golpes, empujones o quemaduras.
  • Uso de armas u objetos para lastimar.
  • Privación de necesidades básicas (alimento, sueño).

Impacto psicológico: Las víctimas pueden desarrollar trastorno de estrés postraumático (TEPT), ansiedad crónica o depresión. Según un estudio publicado en The Lancet (2021), el 60% de las personas que sufren violencia física prolongada presentan síntomas de hipervigilancia.

2. Violencia psicológica o emocional: Heridas invisibles

Este tipo de violencia busca degradar, controlar o aislar a la víctima a través de:

  • Insultos, humillaciones o críticas constantes.
  • Amenazas veladas (“Nadie más te va a querer como yo”).
  • Gaslighting (hacer dudar de su percepción de la realidad).

Datos clave: Un informe de la OMS (2022) reveló que el 35% de las mujeres en el mundo han sufrido violencia emocional por parte de su pareja. Sus efectos incluyen baja autoestima, dificultad para confiar en otros y trastornos de ansiedad.

¿Necesitas apoyo? Selia te ayuda

Sana tus heridas con terapia online personalizada. ¡Agenda una consulta!

Comienza ahora

3. Violencia sexual: Más allá del acto físico

La violencia sexual abarca cualquier acto no consentido, desde tocamientos hasta violación. También incluye:

  • Acoso sexual (comentarios obscenos, sexting no deseado).
  • Coerción reproductiva (sabotear anticonceptivos).
  • Exposición forzada a material pornográfico.

Cifras alarmantes: La ONU reporta que 1 de cada 3 mujeres experimenta violencia sexual en su vida. Las secuelas van desde depresión hasta disfunciones sexuales y autolesiones.

4. Violencia económica: Control a través de recursos

Menos discutida pero igualmente dañina, esta violencia implica:

  • Controlar el acceso al dinero o al trabajo.
  • Sabotear oportunidades laborales.
  • Generar deudas a nombre de la víctima.

Consecuencias: La dependencia económica obliga a muchas personas a permanecer en relaciones abusivas. Un estudio de la Universidad de Harvard (2020) vinculó este tipo de violencia con mayor riesgo de suicidio.

5. Violencia digital: El abuso en la era tecnológica

Con el auge de las redes sociales, han surgido formas modernas de violencia:

  • Cyberbullying (humillación pública en línea).
  • Sextorsión (chantaje con imágenes íntimas).
  • Stalking digital (vigilancia constante mediante geolocalizadores o spyware).

Dato crucial: El 40% de los jóvenes entre 15 y 25 años ha sufrido acoso en línea, según un informe de UNICEF (2023).

6. Violencia institucional: Cuando el sistema falla

Ocurre cuando instituciones (escuelas, hospitales, tribunales) niegan derechos o revictimizan a través de:

  • Trato discriminatorio por género, etnia o condición social.
  • Negligencia en casos de denuncias.
  • Burocracia excesiva para acceder a ayuda.

Ejemplo: Largas esperas para órdenes de restricción o falta de intérpretes para migrantes que reportan abuso.

7. Violencia simbólica: La normalización de la opresión

Esta forma sutil pero poderosa perpetúa estereotipos mediante:

  • Publicidad que cosifica cuerpos.
  • Chistes sexistas o racistas.
  • Lenguaje que invisibiliza (ej: usar “hombre” como sinónimo de “humanidad“).

Efecto: Naturaliza desigualdades, haciendo que ciertas violencias se vean como “normales“.

¿Cómo identificar si sufres o ejerces violencia?

Señales de que podrías ser víctima:

  • Justificas frecuentemente el comportamiento dañino de otros.
  • Sientes miedo constante a equivocarte o a “provocar” reacciones negativas.
  • Has abandonado hobbies o amistades por presión de alguien más.

Indicadores de comportamiento violento:

  • Minimizas el daño que causas (“Es solo un golpe, no fue fuerte”).
  • Culpas a otros de tus reacciones (“Me hiciste enojar”).
  • Controlas horarios, amistades o gastos de tu pareja/familiares.

Rutas de apoyo y prevención

Si te identificas con alguna de estas situaciones:

  1. Busca redes seguras: Amigos, familiares o grupos de apoyo.
  2. Contacta a profesionales: Psicólogos especializados en trauma pueden ayudarte a reconstruir tu autoestima.
  3. Denuncia: En muchos países existen líneas gratuitas y anónimas para casos de violencia.

Para quienes reconocen conductas violentas:

  • La terapia cognitivo-conductual ha demostrado eficacia en modificar estos patrones.
  • Programas de reeducación para agresores (como los promovidos por ONU Mujeres) ofrecen herramientas de manejo emocional.

La violencia no es un problema individual, sino social

Erradicarla requiere educación temprana en resolución pacífica de conflictos, políticas públicas efectivas y un cambio cultural que rechace todas sus formas. En SELIA, promovemos la idea de que reconocer estos patrones es el primer paso para transformarlos.

Como escribió la activista Malala Yousafzai: “La violencia nunca es la solución. Solo crea más problemas”. Si este artículo resuena contigo, explora nuestros recursos sobre límites saludables y recuperación emocional.