Tabla de contenidos
- ¿Qué dice la investigación científica?
- ¿Por qué ocurre el favoritismo?
- Consecuencias en los hijos
- ¿Se puede evitar el favoritismo?
- ¿Qué hacer si un hijo se siente menos querido?
- En SELIA creemos…
La idea de que los padres tienen un hijo favorito ha sido tema de discusión en familias, consultorios psicológicos y estudios científicos. Investigaciones recientes confirman que el favoritismo parental no solo es real, sino que puede manifestarse de formas sutiles y complejas.
En SELIA analizamos qué dice la ciencia sobre este fenómeno, sus causas y sus implicaciones emocionales.
¿Qué dice la investigación científica?
Un metaanálisis publicado en Psychological Bulletin por la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) examinó 30 estudios con más de 19.000 participantes y concluyó que sí existe un favoritismo parental, aunque no siempre sea consciente. Los investigadores Alexander Jensen (Brigham Young University) y McKell Jorgensen-Wells (Western University) identificaron patrones claros:
- Las niñas suelen recibir un trato más favorable en comparación con los niños.
- Los hijos más responsables y organizados tienden a ser preferidos, ya que su comportamiento es más “manejable“.
- El orden de nacimiento influye, pero no de manera absoluta (no siempre el mayor o el menor es el favorito).
- El favoritismo se manifiesta de distintas formas: desde la cantidad de atención y afecto hasta diferencias en disciplina, inversión económica y apoyo emocional.
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Comienza ahora¿Por qué ocurre el favoritismo?
Según los expertos, las preferencias parentales pueden surgir por múltiples razones:
- Afinidad natural: Algunos padres se identifican más con un hijo debido a similitudes en personalidad, intereses o temperamento.
- Facilidad en la crianza: Un niño con un carácter más dócil o adaptable puede generar menos conflictos, lo que lleva a una relación más fluida.
- Necesidades especiales: A veces, un hijo requiere más atención (por salud, dificultades emocionales o académicas), lo que puede percibirse como favoritismo.
- Proyección inconsciente: Algunos padres favorecen a un hijo porque ven en él cualidades que admiran (o que desearían tener).
Teresa Moratalla, psicóloga del Hospital de Sant Pau en Barcelona, aclara: “No es lo mismo tener un hijo preferido, que quererlo más. Les puedes querer a todos de la misma manera, pero puede que haya alguno con el que tengas más afinidad”.
¿Cómo se manifiesta el favoritismo?
El trato diferenciado puede observarse en:
- ✔ Interacciones cotidianas: Más elogios, conversaciones profundas o complicidad con un hijo.
- ✔ Disciplina desigual: Reglas más flexibles para uno y más estrictas para otro.
- ✔ Inversión de recursos: Gastos en educación, actividades extracurriculares o regalos.
- ✔ Apoyo emocional: Mayor disponibilidad para escuchar o consolar a uno de los hijos.
Consecuencias en los hijos
El favoritismo, incluso cuando es inconsciente, puede tener efectos profundos:
🔹 En el hijo favorecido:
- Presión por mantener el “status” de preferido.
- Sentimientos de culpa hacia sus hermanos.
- Dificultad para manejar críticas o fracasos.
🔹 En los hijos no favorecidos:
- Baja autoestima (“¿por qué no soy suficiente?”).
- Celos o rivalidad fraternal.
- Distanciamiento emocional de los padres.
🔹 En la dinámica familiar:
- Conflictos entre hermanos.
- Resentimiento hacia los padres.
- Dificultad para establecer relaciones de confianza en la adultez.
¿Se puede evitar el favoritismo?
Aunque es difícil eliminar por completo las preferencias naturales, los expertos recomiendan:
- Ser consciente de los sesgos: Reflexionar sobre si hay un trato desigual.
- Equilibrar la atención: Dedicar tiempo de calidad a cada hijo según sus necesidades.
- Evitar comparaciones: Frases como “¿Por qué no eres como tu hermano?” generan resentimiento.
- Validar las diferencias: Cada hijo es único y necesita apoyo en distintas áreas.
- Fomentar la comunicación: Hablar abiertamente sobre emociones sin etiquetar favoritismos.
¿Qué hacer si un hijo se siente menos querido?
- Si un niño expresa sentir desigualdad, los padres pueden:
- ✅ Escuchar sin invalidar: No minimizar sus emociones (“eso no es cierto“).
- ✅ Reforzar su valor: Recordarle sus cualidades únicas.
- ✅ Ajustar el trato: Buscar formas de conectar más con él/ella.
- ✅ Pedir ayuda profesional: Si la dinámica familiar se vuelve muy conflictiva.
En SELIA creemos…
Que el amor parental no se mide en términos de “favoritos“, pero reconocer nuestras inclinaciones naturales puede ayudar a criar con mayor equidad. El objetivo no es tratar a todos por igual (pues cada hijo necesita cosas distintas), sino amar a cada uno de manera única sin hacer diferencias hirientes.