Relaciones abiertas: ¿Una alternativa para el cuidado de la salud mental o un desafío emocional?

Relaciones abiertas
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*Con información de El País.

En los últimos años, las relaciones abiertas han ganado visibilidad como una alternativa a la monogamia tradicional. Este tipo de relaciones, en las que las parejas acuerdan tener encuentros sexuales con otras personas fuera del vínculo principal, han sido objeto de debate tanto en el ámbito social como en el psicológico.

Mientras algunos las ven como una forma de libertad y autenticidad, otros las consideran un riesgo para la estabilidad emocional y la salud mental.

¿Qué son las relaciones abiertas?

Según el sexólogo argentino Ezequiel López Peralta, una relación abierta es aquella en la que ambas partes deciden, de manera consensuada, tener contacto sexual con otras personas fuera de la relación, pero sin involucrar vínculos afectivos.

Este tipo de relación se diferencia del poliamor, donde sí se permiten conexiones emocionales con múltiples parejas. López Peralta explica que las parejas suelen abrir su relación por dos razones principales: cuando tienen una buena sexualidad entre ellos pero desean explorar sus deseos con otras personas, o cuando la sexualidad dentro de la pareja no funciona y buscan satisfacer sus necesidades en otro espacio.

Sin embargo, el segundo escenario es más riesgoso, ya que puede generar sentimientos de celos, baja autoestima y angustia. “Es muy difícil aceptar que tu pareja sea complacida por alguien que no seas tú“, advierte el experto. Por ello, recomienda que las parejas intenten resolver primero sus problemas sexuales antes de considerar abrir la relación.

Reglas claras y comunicación: La clave del éxito

Uno de los aspectos más importantes en las relaciones abiertas es la comunicación. López Peralta enfatiza que las parejas deben establecer reglas claras desde el principio. Por ejemplo, decidir si se comparten detalles sobre los encuentros sexuales, qué prácticas están permitidas fuera de la relación y con qué frecuencia se pueden tener estos encuentros.

Algunas parejas incluso limitan el número de veces que pueden estar con la misma persona para evitar que se genere un vínculo afectivo.

Ana María, de 22 años, y Carlos, de 28, son una pareja que practica una relación abierta. Para ellos, la clave está en la honestidad y el respeto a los acuerdos establecidos. “No es fácil, pero vale la pena por la libertad y la confianza que construyes con tu pareja“, afirma Ana. Ambos destacan que, a diferencia de las relaciones monógamas, donde a menudo se dan dinámicas tóxicas como los celos y la posesividad, en su relación abierta prefieren la transparencia y el diálogo.

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Relaciones abiertas y salud mental

Aunque las relaciones abiertas pueden ofrecer una sensación de libertad y autenticidad, también presentan desafíos emocionales significativos. Este tipo de relaciones no están ligadas a una edad específica, pero las razones para elegirlas varían según la etapa de la vida.

En los jóvenes, suele ser una forma de evitar infidelidades y mantener un compromiso afectivo sin exclusividad sexual. En cambio, en los adultos, a menudo surge como una respuesta al desgaste de la relación y la pérdida de la sexualidad dentro de la pareja.

Sin embargo, la sexóloga Flavia Do Santos advierte que, en su experiencia clínica, las relaciones abiertas rara vez funcionan bien. “No he visto un caso que funcione bien“, afirma. Según Do Santos, este tipo de relaciones suele abrirse después de una crisis en la pareja, lo que puede generar resentimiento y empeorar la situación. Además, toca aspectos profundos de la autoestima y el ego, ya que compartir a la pareja con otros puede despertar inseguridades y miedos.

El impacto en la autoestima y los celos

Uno de los mayores desafíos de las relaciones abiertas es manejar los celos y la inseguridad. Do Santos explica que, en una relación monógama, la persona se siente elegida y valorada por su pareja. Sin embargo, en una relación abierta, esta sensación de exclusividad desaparece, lo que puede afectar la autoestima. “Cuando hay infidelidad, el golpe se siente en la autoestima, en el ego, porque el otro o la otra es mejor que yo“, señala la experta.

Para evitar estos problemas, es fundamental que las parejas trabajen en su autoestima y en la gestión de emociones como los celos. Dávila recomienda establecer límites claros, como no generar vínculos afectivos con terceros y no repetir encuentros con la misma persona. Además, es crucial mantener una comunicación abierta y sincera sobre los sentimientos y emociones que surjan durante el proceso.

Casos famosos y su impacto cultural

Las relaciones abiertas no son un fenómeno nuevo, pero han ganado mayor visibilidad gracias a figuras públicas que han hablado abiertamente sobre sus experiencias. Uno de los casos más conocidos es el de Will Smith y su esposa, Jada Pinkett Smith, quienes han admitido tener un acuerdo para mantener relaciones extramaritales.

Aunque su relación ha sido objeto de controversia, también ha servido para normalizar este tipo de dinámicas y abrir el diálogo sobre alternativas a la monogamia tradicional.

En Colombia, la actriz de contenido para adultos Esperanza Gómez también ha compartido su experiencia con las relaciones abiertas. En 2023, reveló que tenía dos esposos y que con uno de ellos había pactado que podía tener encuentros sexuales con otras personas, siempre que le notificara antes de 24 horas y no repitiera con la misma persona. Sin embargo, su relación con uno de ellos terminó ese mismo año, lo que refleja los desafíos que pueden surgir en este tipo de dinámicas.

¿Estamos listos para las relaciones abiertas?

A pesar de su creciente popularidad, las relaciones abiertas no son para todos. Do Santos afirma que, en su experiencia, la mayoría de las personas no están preparadas emocionalmente para este tipo de relaciones. “Se requiere una autoestima fortalecida y estar muy bien consigo mismo“, explica. Además, es fundamental tener claridad sobre los límites y estar dispuesto a enfrentar emociones incómodas como los celos y la inseguridad.

En conclusión, las relaciones abiertas pueden ser una alternativa viable para algunas parejas, pero no son una solución mágica para los problemas de relación. Requieren una comunicación clara, reglas bien definidas y un trabajo constante en la autoestima y la gestión emocional.

Para quienes deciden explorar esta opción, es crucial abordarla con responsabilidad y conciencia de los desafíos que implica. Al final, el cuidado de la salud mental y el bienestar emocional deben ser siempre la prioridad, independientemente del tipo de relación que se elija.

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